martes, 22 de abril de 2014

¡Un puente, por favor!

Ingenuamente –debo admitirlo– pensé que tras el vía crucis padecido por miles de compatriotas y turistas los días previos a la Semana Santa con la inhabilitación del puente San Ignacio de Loyola, las autoridades paraguayas aprovecharían la venida del canciller argentino al país, Héctor Timerman, para concretar la construcción de otro  con la nación vecina.

Lastimosamente no fue así (por lo menos hasta la hora de redactarse estas líneas).

Indudablemente, los gobiernos ven las cosas diametralmente opuestas a cómo las vemos los comunes mortales como usted o como yo. Y hablo de gobiernos, en plural, porque el puente del que hablamos lleva más de cincuenta años, fue construido “provisoriamente” por

militares; ergo, desde entonces a ni una sola de las administraciones que pasaron les importó hacerlo definitivo o erigir otro más.

En pleno siglo XXI y siendo tan mediterráneos como lo somos –no solo física, sino también mentalmente– es inadmisible que sigamos comunicándonos y dependiendo de tres “puentecitos de morondanga” (el de Ciudad del Este-Foz de Yguazú; Encarnación-Posadas, y el de Puerto Falcón-Clorinda).

Como miles de compatriotas y no compatriotas, fui víctima de aquel imponderable (inhabilitación del puente por 24 horas, luego de constatarse fisuras en su estructura) y al ver los kilómetros de camiones de gran porte y automóviles varados, me costaba aceptar lo profundamente atrasados que estamos, como nación, como sociedad, como Estado.

Me supongo que ese corte habrá representado millones en retrasos, sin olvidar la bofetada que significa para el ciudadano ver que sus autoridades poco o nada están haciendo por cambiar este estado de cosas (fuentes de Obras Públicas aseguran que ni siquiera un borrador de proyecto existe para construir otro puente que nos una a la Argentina).

Se estima que en fechas especiales como las previas a o pos Semana Santa, más de 5.000 vehículos por día pasan por el puente San Ignacio de Loyola. Sin contar, obviamente, los grandes camiones transportadores de granos y otros.

A la Argentina, el tema le es intrascendente.

El problema es del Paraguay; por lo tanto, la solución debe ser planteada por nuestras autoridades.

El país necesita, urgentemente, más y más obras, y entre estas por supuesto puentes que nos ayuden a romper definitivamente con el aislamiento y por tanto con el atraso.

Que tenga una buena jornada.

Por Gloria B. Rolón L.

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