lunes, 18 de agosto de 2014

Saludable y esperanzadora experiencia

El éxito de una industria ubicada en la que otrora fuera la conflictiva zona de Marquetalia, Maquiladora Artículos de Seguridad (Marseg), es la muestra cabal de que muchas cosas pueden ser hechas en el Paraguay por el sector privado para brindar más oportunidades a la gente. El emprendimiento, además de dar trabajo a los jóvenes, ayuda a la reconversión social en un lugar que antes era dominado por la marginalidad. Corresponde, entonces, que esta iniciativa de carácter desarrollista sea debidamente ponderada y puesta como ejemplo para ser replicada por empresarios en otras zonas geográficas del país. La experiencia demuestra que lo que aparentaba como imposible puede ser un camino de solución a recorrer.

No ciertamente sin asumir muchos riesgos, pocos años atrás, un empresario paraguayo decidió asentar una industria maquiladora en el país. Tras captar el interés de un grupo de inversionistas brasileños, Andrés Gwynn instaló Maquiladora Artículos de Seguridad (Marseg) en la zona de Marquetalia, una localidad surgida de un asentamiento que durante mucho tiempo estuvo vinculado con la marginalidad.

En unos 7 años, la firma, dedicada a la fabricación de calzados de seguridad industrial, generó más de 1.400 empleos, con una producción de 24.000 pares diarios. Se constituyó de esta manera en uno de los exportadores del ramo a destacados lugares de la región, Latinoamérica e incluso al exigente mercado de los Estados Unidos.

En el curso de una entrevista publicada recientemente por nuestro diario, Gwynn explicó que parte importante del éxito se debió al compromiso de los trabajadores paraguayos y a la calidad de la mano de obra eficiente. Este nivel de concienciación, señaló, quedó evidenciado desde el comienzo, cuando se envió a un grupo de 30 jóvenes al Brasil para recibir capacitación especializada durante dos meses.

En la nota, Gwynn refiere que al comienzo del proyecto muchos descreyeron la viabilidad del mismo. “Incluso me trataron de inconsciente por haber decidido montar nuestra empresa en una zona marginal, pero pensé que si había gente en esa zona marginada era simplemente por falta de oportunidades”.

En efecto, gran parte del drama social y de seguridad que vive la República del Paraguay se debe a esa dramática falta de oportunidades. De allí que la iniciativa impulsada por Marseg es digna de ser no solamente mencionada, sino también imitada por otros emprendedores nacionales. A esto debe apuntar, efectivamente, el principio fundamental de la responsabilidad social empresarial.

La maquila se constituye entonces en una herramienta válida para producir un mayor crecimiento económico en el país, pero también tiene la virtud de generar los nuevos puestos de empleo que muchos cientos de miles de compatriotas precisan perentoriamente para dejar atrás la exclusión, la marginalidad y el atraso en el que viven.

El caso ilustrado es la prueba más contundente de que cuando se crean condiciones para la radicación de la inversión privada, el trabajador paraguayo está a la altura de las circunstancias, respondiendo con determinación al desafío que se le presenta para embarcarse responsablemente en proyectos que redundan en beneficios para toda la sociedad.

http://www.ultimahora.com/saludable-experiencia-que-muestra-un-camino-posible-n821569.html

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