Cuando se hace pública alguna intervención o simplemente cuando se desnuda el esquema de corrupción que permite el contrabando, muchas personas rechazan la persecución de esta actividad ilícita, con el pretexto de que muchas personas pobres dependen del paso de productos de contrabando para comer, que todos trabajan en eso, sobre todo en Ciudad del Este y alrededores, que es normal, que nunca se hizo nada y que es llamativo que se inicie tal o cual procedimiento, etcétera.

Como de costumbre se defiende a los estafadores, a los contrabandistas, ya sea el que opera en moto, trayendo pequeña cantidad de productos prohibidos como el que se hace a gran escala en container y aviones cargueros, sin darse cuenta de que este tipo de actividades destruyen y pudren finalmente a toda la sociedad.
Cuando los hechos irregulares se convierten en “normales” se evidencia el grado de destrucción y de deterioro moral de la sociedad y eso es más que preocupante porque se pone en peligro la vigencia misma de un estado. Las sociedades decadentes con autoridades corruptas desaparecieron el mapa de la historia o se convierten en lo que en la actualidad se denominan “estados fallidos”. Es un aspecto que como sociedad se debe comenzar a analizar. -
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