martes, 9 de septiembre de 2014

Los guaraníes y la invención del fútbol

«Mangá ñembosarai» lo llamaban los indígenas del Paraguay a principios del siglo XVI


¿Dónde empezó todo? ¿Quién fue el primero que hizo rodar una pelota y corrió detrás de ella junto con sus amigos, en los comienzos del que sería el deporte más popular del mundo? Los resultados de las investigaciones de Bartolomeu Meliá son tan increíbles como fascinantes. Este jesuita español, uno de los más importantes etnólogos vivientes y especializado en la cultura Guaraní del Paraguay, sostiene que el fútbol fue inventado precisamente por los indígenas de este rincón de América del Sur -“la tierra sin mal”, como la llamaba Augusto Roa Bastos, famoso escritor del Paraguay moderno-, una tribu de guerreros acogidos en la misión jesuítica de San Ignacio Guazú, la primera que se fundó en el país.

Retrocedamos las agujas del reloj. Mucho más atrás del Ochocientos, en los verdes campos de la Inglaterra victoriana. Doscientos años antes de los elegantes hombres con tight, quienes recién después tuvieron el mérito de establecer y consolidar las reglas del juego. Parece entonces que la aventura del fútbol nació en la otra orilla del océano, dentro de una sencilla historia de vida cotidiana. Después de la misa del domingo, los guaraníes se reunían, se dividían en dos equipos y jugaban con una pelota de goma -que luego se hizo de cuero- tocándola solo con los pies, de manera muy semejante a un partido de fútbol de nuestros días. Perdía el equipo que se cansaba primero. Premio a la resistencia. Nada más fácil, como si fueran un grupo de niños.

En el origen de esta idea encontramos El tesoro de la lengua Guaraní, antiguo diccionario publicado en 1639 por otro jesuita, Antonio Ruiz de Montoya, donde se recogen varios términos técnicos referidos al juego con la pelota. Entre ellos, “mangá ñembosarai”, que según parece significaba “juego de la pelota con los pies”. Indicio muy significativo por cierto. Un siglo más tarde otro jesuita, José Cardiel, registra en su obra Las misiones del Paraguay (1771) más detalles sobre la manera en que se jugaban los partidos, como el saque lateral; por no hablar de las innumerables referencias en las “cartas anuales” que los jesuitas enviaban a sus superiores para informar sobre las actividades que se se desarrollaban en las misiones.

¿Se puede entonces afirmar de manera irrefutable que los guaraníes fueron los primeros que inventaron el juego del fútbol y no lo aprendieron de los mismos jesuitas? Parece que no, porque  Meliá explica que en Brasil se ha descubierto una tribu que nunca tuvo contacto con otras civilizaciones y jugaba del mismo modo que se describe en los textos guaraníes.

Siguiendo la tesis de Meliá, el director paraguayo Marcos Ibáñez realizó Los guaraníes inventaron el fútbol, un documental de 11 minutos –tantos como jugadores tiene un equipo de fútbol- producido por la Secretaría Nacional de Cultura del Paraguay y presentado en agosto de este año en el festival de cine independiente de Mar del Plata, Argentina. Tuvo tanta repercusión que la semana pasada Verónica Smink, de la BBC, le dedicó un destacado artículo que incluye también declaraciones de Máximo Génez, consejero comunal y miembro de la comunidad guaraní de San Ignacio, quien estudió profundamente los orígenes de su pueblo. En su opinión, el traspaso de  consignas entre los guaraníes y los ingleses se habría producido en algún momento indeterminado, cuando los españoles trasladaron algunos indígenas guaraníes a España y algún “turista del otro lado del Canal de la Mancha” habría visto casualmente a estos hombres entretenidos con un nuevo y entusiasmante juego. Luego viene la historia más reciente, la que mejor conocemos. En 1863 se creó la reglamentación oficial de la Football Association (FA) inglesa, la asociación nacional de fútbol más antigua, y nacieron las primeras selecciones en Gran Bretaña y después, rápidamente, en toda Europa. Más allá de las obvias diferencias entre el fútbol de los orígenes y el actual, los habitantes de San Ignacio Guazú consideran que su pequeño pueblo debe recibir el justo reconocimiento y ser considerado a todos los efectos como la cuna del fútbol moderno.

Por otra parte no hay que olvidar que los probables orígenes del fútbol no son una completa novedad. Ya en junio de 2010 durante el mundial de Sudáfrica, “L’Osservatore Romano”, el diario de la Santa Sede, publicó un extenso artículo de Giampaolo Romanato titulado Cuando los guaraníes inventaron el fútbol, que de hecho reconocía al Paraguay la paternidad del fútbol. La revelación estaba estrechamente relacionada con la expectativa de aquellos días, cuando el equipo italiano debutaba precisamente contra el país sudamericano. El artículo terminaba afirmando que probablemente los guaraníes jugaban ya una forma “moderna” de fútbol y que en justicia los paraguayos debían ser considerados descendientes directos de los inventores del juego más hermoso del mundo. Probablemente un juego tan viejo como el mundo, que nació, como por arte de magia, en una tierra lejana de los confines del mundo.

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